¿Nos convertimos en personas malvadas al realizar acciones catalogadas como malas? ¿O la única forma es que la maldad se apodere por completo de nuestros corazones?
Si mentimos y lo hacemos porque nuestro corazón anhela la felicidad... ¿Somos malos? ¿Cómo puede ser malo lo que nuestro corazón tanto busca?
Si robamos para hacer feliz a alguien que lo necesita más o para poder vivir... ¿Seremos viles ladronzuelos?
Si traicionamos y engañamos porque nuestro corazón dicta que es lo correcto... ¿Somos entonces terribles traidores?
Si matamos y lo hacemos por lealtad, para proteger a alguien o a nosotros mismos... ¿Nos convierte eso en infames asesinos?
"Con el crepúsculo, la superficie del lago se tiñó de plata. Lucrecia caminó hasta el pequeño embarcadero junto al que ella y sus hermanos solían nadar cuando eran niños. En su mente podía oir la voz de César: "No, Crecia, el agua es muy poco profunda." "No te preocupes, Crecia, yo cuidaré de ti." Y oyó la voz de César, muchos años depsués, cuando ambos ya habían renunciado a sus primeros sueños: "Si eso es lo que quieres, Crecia, te ayudaré." Y recordó lo que le había dicho la última vez que habían estado juntos: "Cuando muera, Crecia, tú debes vivir por mi." Y ella le había prometido que lo haría."
Si mentimos y lo hacemos porque nuestro corazón anhela la felicidad... ¿Somos malos? ¿Cómo puede ser malo lo que nuestro corazón tanto busca?
Si robamos para hacer feliz a alguien que lo necesita más o para poder vivir... ¿Seremos viles ladronzuelos?
Si traicionamos y engañamos porque nuestro corazón dicta que es lo correcto... ¿Somos entonces terribles traidores?
Si matamos y lo hacemos por lealtad, para proteger a alguien o a nosotros mismos... ¿Nos convierte eso en infames asesinos?
"Con el crepúsculo, la superficie del lago se tiñó de plata. Lucrecia caminó hasta el pequeño embarcadero junto al que ella y sus hermanos solían nadar cuando eran niños. En su mente podía oir la voz de César: "No, Crecia, el agua es muy poco profunda." "No te preocupes, Crecia, yo cuidaré de ti." Y oyó la voz de César, muchos años depsués, cuando ambos ya habían renunciado a sus primeros sueños: "Si eso es lo que quieres, Crecia, te ayudaré." Y recordó lo que le había dicho la última vez que habían estado juntos: "Cuando muera, Crecia, tú debes vivir por mi." Y ella le había prometido que lo haría."
Fragmento de "Los Borgia" de Mario Puzzo.
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