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*..*Las imágenes que uso las he tomado de Deviantart. Muchísimas gracias a los respectivos artistas.*..*

"Como todos los soñadores, confundí el desencanto con la verdad".
~Jean Paul Sartre.

martes, 29 de diciembre de 2009

¿De qué sirve?


¿De qué sirve esconderse en el bosque si te da igual que te encuentren?
¿De qué sirve mirarse al espejo si sólo se reflejan los mismos ojos llorosos?
¿De qué sirve acompañar a alguien que sólo quiere estar solo?
¿De qué sirve jugar a ser fuerte cuando estás destrozado por dentro?
¿De qué sirve mentir a los otros cuando no puedes engañarte a ti mismo?
¿De qué sirve volar en lo alto si no hay sueños que recorrer?
¿De qué sirve tratar de morir cuando ni siquiera sabemos vivir?
¿De qué sirve apegarse a una esperanza cuando ya se ha vuelto arenosa, insípida, inexistente?
¿De qué sirve soñar un futuro que no se comparte?
¿De qué sirve buscar unos labios que rehuyen los propios?
¿De qué sirve tratar de acercarse a quien quiere alejarse?
¿De qué sirve rogarle a una estatua de mármol que vuelva a la vida?
¿De qué sirve perseguir a un suicida para que escape a la muerte?
¿De qué sirve cuidar de un enfermo que quiere morir?
¿De qué sirve abrazar a un completo misógino?
¿De qué sirve taparse los oídos si la voz está en tu cabeza?
¿De qué sirve haberse lanzado en soledad al vacío y llegado a la nada?
¿De qué sirve haberse arrepentido después de tanto haber sufrido?
¿De qué sirve caminar junto a alguien que no se refleja, que sus pasos no dejan huella, que su sombra se mezcla con su ser y que su corazón palpita a destiempo?

¿...De qué sirve...?
¿De qué sirve jugar a que sirve cuando, finalmente, la ausencia te mina, te mata y te desbarata?
¿De qué sirve jugar a que sirve cuando, al final, será más anhelo y dolor?
¿De qué sirve jugar a que sirve cuando, en última instancia, sé -porque estoy segura- que sólo lamentaré tantos recuerdos que no se crearon y tantos momentos que no se expresaron?

domingo, 27 de diciembre de 2009

Still Doll

Me enamoré de esta canción en cuanto la escuché... Es en japonés, lo sé... Pero adoro como suena.
Su nombre es "Still Doll" y es de Kanon Wakeshima.


Carta de La Muerte


El tiempo es realmente descarado, y no se me enreda la lengua para decirlo. Lo afirmo, y siendo quien soy, no tengo miedo a consecuencias.

He visto a través de infinitos ojos como se marchita la vida, como se han secado los sueños, como la esperanza se ha vuelto arenosa y como hasta el miedo ha terminado por partir, derrotado.
No digan tonterías, no los miro burlona, ni con sorna, ni siquiera con pesar o alegría. Los observo con la más profunda de las resignaciones, porque incluso el fin de la vida tiene que cargar con una cruz. Y esa resignación pura y total es lo único que puedo permitirme albergar en mi existencia.

Tampoco crean que puedo colgarme de mi poder y que es así como me doy fuerzas, no. Para su valiosa sed de conocimiento, yo no escojo. Sobre mí hay algo mucho más grande... Pero varias veces me ha visto la cara, ¡vaya que me la ha visto! No sé que guarda en sus pensamientos, pero me niego a hacer lo que se me obliga si no estoy de acuerdo.
Les desmiento algo más: no disfruto llevándome almas en mis brazos ni colgadas de mis alas, especialmente en las épocas de exceso de trabajo.
Hay también otra cosa, yo no voy a perseguirte hasta que finalmente te agarre. No tengo tiempo, quítate de encima un poco de ese ego. Yo aparezco sólo en las últimas, y es por eso que tienes tiempo de escapar. Digamos que sólo en ese aspecto el tiempo está a tu favor.

Por eso me visto de negro, sólo ese color me da la entrada libre. Es esa ausencia completa de luz. Porque incluso las almas más manchadas y rotas tienen un destello. Jamás he visto que alguien tenga el alama negra y siga vivo después.

La esperanza es persistente, y parece fabricada de pegamento o de café. La esperanza te agarra, te mancha y no te suelta. En ocasiones logra ser incluso más fuerte que yo.

Pero mi existencia tampoco es tan miserable, tengo el consuelo de hacer algo con tu alma antes de entregarla. Puedo elegir si tomarla con suavidad y consolarla o arrancarla con fuerza y desgarrarla.
Las almas son particulares, ninguna toma la misma actitud al verse desprendida del cuerpo. Hay algunas que se rehúsan a venir conmigo, algunas arman un tremendo escándalo, desatando tormentas y vendavales, algunas sólo parten en silencio, sin quejas, sin hablar, sólo mudas, con una resignación similar a la mía. Digamos que a estas almas les he tomado aprecio. Hay otra clase que me llama la atención y que me inspira respeto: son esas que derraman un par de lágrimas en silencio, sonríen con tristeza y miran atrás por última vez, luego se hacen enormes y se vuelven niños. Estas incluso tienen sus propias alas, y no tengo que cargarlas, van a mi lado, a veces me toman de la mano, me hacen compañía. Creo que a estas últimas las amo, valen la pena.

El amor... El amor no está mal. Eso sí, es idiota. Es el idiota más hermoso de todos, es el imbécil al que quieres con condescendencia y al que no te le puedes resistir. Incluso yo tengo que sucumbir a él.
El punto está en que es más poderoso de lo que cree. ¡Y es tan terco! Hasta la razón termina por rendirse cuando luchan y puedo decir que se aferra con tanta fuerza que las almas todavía vienen con él en su pecho y en su vientre cuando se encuentran conmigo
Personalmente, no lo odio, pero puedo llegar a considerarlo una molestia. Es impredecible, y eso sí que molesta. Es tonto e impulsivo, pero hermoso y capaz de causar milagros y catástrofes.

Pero en fin, mi trabajo y yo no podemos vivir del amor. Primero, sería ridículo que viviera de él; segundo, me dedico a recolectar almas que ya no viven.

El tiempo es descarado, sí, pero es mi amigo. Siempre termina por presentarse ante mi puerta, vestido de túnica del color que prefieras o el que más detestes, y me entrega una dirección. Le sonrío, él me hace una mueca que jamás he podido descifrar y se autoinvita a pasar.
Usualmente me distrae un rato, no es tan descarado, aunque sé que te dije que lo era. Te da tiempo de huir. Me cuenta sobre tu vida y me retiene un buen rato.

Otra mentira que te han contado es que soy temperamental. Seré voluble, lo admito, pero no temperamental. No voy a enojarme si escapas, ni a decepcionarme si no lo haces. Cada alma tiene sus razones y finalmente son ellas y las circunstancias las que toman la decisión.
En pocas ocasiones me impongo, pero es sólo porque algo más preveo y la intervención se vuelve necesaria.

No me odies, no soy mala. Si bien tampoco soy buena... Pero no soy malvada adrede, ten un poco de consideración.
Aunque te pido: no desees verme la cara muy pronto, no me agradan los afanes.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Se perdió


Hoy vengo a traerles una noticia bastante triste...
A la humanidad se nos perdió la inspiración.
Al mundo se le ha perdido la necesidad de hablar mediante la poesía, se le ha perdido el gusto por el arte, se le ha perdido el gusto por la más pura y simple belleza (hablo de la belleza que representa el sol cuando va a ocultarse, que deja el cielo teñido de hermosos y cálidos colores, y la de la Luna cuando se alza sobre todos en su cenit, con esa perfecta luz de plata. No de esa belleza fría y artificial con la que se visten las mujeres a la moda y con la que se adornan las casas modernas), al mundo se le ha pedido la capacidad de sentir algo más que la necesidad de seguir descubriendo cosas, por muy frías y terribles que sean. Al mundo se le ha perdido, en general, la capacidad de sentir.

Me pregunto... ¿Dónde van a quedar los bosques cuando no haya espacio para esas enormes urbanizaciones residenciales con torres enteras dedicadas a parqueaderos? ¿Dónde van a parar los mares cuando al ser humano le de por no caber en la tierra ya establecida y quiera montar más y más islas de mentiritas? ¿Dónde irán a parar los pájaros cuando las torres comiencen a rasgar el cielo y a invadir cada rincón de su hogar?
Cuando el ser humano dejó de sentir y de ser capaz de admirarse de todo a su alrededor, se convirtió en una roca. Ya no le importa si hay que tumbar lotes enteros para hacer una piscina, cuando aún podemos ir a los ríos y admirarnos de los lagos. Ya no le importa si hay que contaminar absolutamente todo el aire del planeta si puede seguir echandole diesel al carro porque es más barato. Ya no le importa si hay que matar algunas animales por hacerle pruebas a un miserable cosmético para que una de esas grillas cabezahueca se pinte la jeta. Y ¿qué más da si el niño quiere botar la mitad del plato de comida que pidió? Seguramente está muy lleno el pobresito... Eso sí, después puede embutirse de papitas y gaseosa, porque eso sí que no llena.

El problema no es que el ser humano sea descuidado... Porque es que lo es, y con toda la gana. Pero ¿por qué? Es sencillo: porque se le olvidó lo que es sentir. Se le olvido como ver que la Luna y las estrellas pueden embelesar los ojos más que un par de rosas cortadas hace tres días y unos buenos zapatos. Se le olvidó que los oidos disfrutan más con el canto de los grillos y unos buenos acordes que con la estridencia de los carros, las construcciones y los sintetizadores. Se le olvidó que el aire del campo es más fresco y prefiere el carro que tiene aire acondicionado.
Se le olvidó que ver alzarse el sol cada mañana, sentir el viento soplar, escuchar el canto de los pájaros, oler las flores silvestres y probar las frutas recién tomadas de los árboles es mucho mejor que prender el televisor y ver una telenovela, que encerrarse en casa porque fuera está serenando, que poner al desafinado de turno en la radio porque todos lo escuchan, que conectar algún ambientador en la casa para que sea acogedora, que ir al supermercado y comprar alguna fruta madurada con etileno que a fin de cuentas no sabe a nada (en el mejor de los casos) y sólo se ve decente.

Hoy hago una queja informal y les pido a todos que recuerden de que se trata la vida.
No les digo que dejen de lado toda su existencia y se vuelvan unos ermitaños... Sólo les digo que disfruten más de los pequeños detalles y no olviden sentir.
Pueden ver la belleza en cada una de esas pequeñas lucecitas navideñas, en cada árbol que se mece con la caricia del viento, en cada pincelada de una obra de arte tanto como en cada rayita de un dibujo que les regaló su hijo, primo, sobrino, hermanito, de tres años.
Miren más allá de la fachada de la gente, vean más allá de los ojos que los observan todos los días. Encuentren la belleza en las sonrisas reales y la hermosura de las lágrimas que se comparten. No se escondan, no huyan.
No se hagan de piedra... Que la gente de piedra no vale la pena y nos deja sin que admirar y sin donde vivir con ganas.

Tinta con vida

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