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*..*Las imágenes que uso las he tomado de Deviantart. Muchísimas gracias a los respectivos artistas.*..*

"Como todos los soñadores, confundí el desencanto con la verdad".
~Jean Paul Sartre.

jueves, 25 de marzo de 2010

El perfecto sueño de soñar


Escuché al niño llorar cuando dejó el vientre de su madre,
escuché su corazón latir con la primera caricia del padre.
Vi como la luz en sus ojos se hacía brillante,
vi como, sorprendido ante el mundo, estremecía su cuerpo palpitante.

Nació de milagro,
pero no fue ningún santo.
Fue un niño normal,
un niño casual,
un niño sonriente,
aunque un poco demente.

Lo vi recorrer la vida,
lo vi caer en cada esquina,
lo vi levantarse de nuevo,
y enfrentar su cara al viento.

Lo sostuve en mis brazos,
lo acuné con mi canto,
le otorgué mis cuidados,
y velé por sus pasos.

(...)

Lo cierto es que jamás dejó la calidez de su hogar,
jamás dejó escapar una risa o aprendió a cantar.
Jamás vi como recorría la vida,
jamás vi deslizarse una lágrima por su mejilla.

Escuché su corazón latir en mi mente,
retumbó en mi alma su tierna canción.
Pero la muerte no fue para nada paciente,
logrando hacer de su vida ilusión.

(...)

El perfecto sueño de amar...
El perfecto sueño de esperar...
El perfecto sueño es soñar.

lunes, 15 de marzo de 2010

Ido

También lleva ya un rato de haber sido escrito... Pero de nuevo... Dejarlo en mi cuaderno no es una opción.


¿Quién se acuerda de lo que fue entonces?
¿Quién quedó vivo luego de la masacre del olvido?
¿A quién salvo si ya todo está perdido?
¿De dónde me sostengo si todo está ya destruido?

No soy más que un hilo roído en un pobre tejido.
No soy más que la sombra que queda de la que ahora está muerta.

El mundo ha vivido,
ha muerto,
y ahora sólo es una basura de lo que pudo haber sido.
La esperanza brilló,
se apagó,
y ahora sólo es ceniza aunque nunca murió.

¡Cobarde, mil veces cobarde!
Eso a ti te correspondía,
antes, cuando el corazón aún latía.

¡Cobarde, mil veces cobarde!
Y vuelves ahora, que todo está perdido,
más nos valdría que, para siempre, te hubieses ido.

martes, 9 de marzo de 2010

Regreso a casa


La espada me trajo rumores de otro lugar,
el caballero me trajo promesas y anhelos.
De mis antiguas memorias sólo quedaba añorar,
de mis antiguas deseos sólo quedaban pedazos para quebrar.

Partí en cuanto logré esconder mis lágrimas.
Partí en cuanto logré acallar mi alma.

La Luna de ese lugar era, ¡oh! tan brillante.
Era menguante, diáfana, elegante.
Pero la Luna de mi hogar era fuerte,
creciente, sin miedo, valiente.

El Sol de ese lugar no quemaba mis ojos,
era cetrino, divino, tranquilo.
Pero el sol de mi hogar acogía mil sueños locos,
de esos a los que sólo se atreven muy pocos.

Los bosques de ese lugar eran pequeños,
como en los que viven las hadas de los sueños.
Los bosques de mi hogar eran extensos,
precisos para los libres lobos enhiestos.

La soledad en ese lugar...
Era como una triste canción en altamar.
Y allá, de vuelta en mi hogar...
Había un lobo que amaba a su pesar.

El viento me trajo recuerdos del pasado,
la noche me trajo la sonrisa de mi amado....

Y el camino a casa... Ya ha finalizado.

Deseos quebrados

Este es viejo, pero me parece un desperdicio que se quede solo en mi cuaderno.


Se sueña, se vive siempre con la luz por delante.
Se espera, se vive siempre con el corazón anhelante.

Se hacen tres mil pilares,
se escribes doscientos cantares,
se respira el aire taciturno
y se exhala el dolor de turno.

Se lucha con tantas cosas,
se fingen tan pocas realidades,
se plantan infinitas rosas,
se deshacen dos mil verdades.

Pero no importa cuanto se sueñe,
no importa cuanto se anhele.
A fin de cuentas todo se pierde,
a fin de cuentas el amor siempre muere.

lunes, 1 de marzo de 2010

Primero

Y a estas alturas aún no logro escribirle algo decente.


La Luna se alzó sobre las montañas,
sostenida por una mano de nubes,
añorada por mortales sin esperanza,
amada por dos sonrisas en la distancia.

Una voz que recorre el tiempo,
una voz que alegra corazones,
una voz que nunca escuchó razones,
una voz que creó ilusiones.

El lobo que aúlla a una puerta cerrada,
sonidos que se alzan hasta la ventana.
El guerrero que estaba perdido
y que logró rasgar el velo del olvido.

Olvidemos el dolor,
olvidemos como nos quemó el amor.
Regresemos a los brazos, al calor,
regresemos al tibio abrazo del sol.

Asegúrate de no desfallecer,
que del resto nos haremos cargo luego.
Asegúrate de seguir sonriendo,
que del resto se hará cargo el tiempo.

Tinta con vida

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