Este es viejo, pero me parece un desperdicio que se quede solo en mi cuaderno.
Se sueña, se vive siempre con la luz por delante.
Se espera, se vive siempre con el corazón anhelante.
Se hacen tres mil pilares,
se escribes doscientos cantares,
se respira el aire taciturno
y se exhala el dolor de turno.
Se lucha con tantas cosas,
se fingen tan pocas realidades,
se plantan infinitas rosas,
se deshacen dos mil verdades.
Pero no importa cuanto se sueñe,
no importa cuanto se anhele.
A fin de cuentas todo se pierde,
a fin de cuentas el amor siempre muere.
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