Estos son los últimos dos que encontré, así que con esta entrad termino de publicar los poemas desenterrados.
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Ese día tenía la rabia más grande e idiota de la que me acuerdo. Ni siquiera sé bien porque fue, pero se me desahogó toda en el papel... Me alegra no haber cometido ninguna estupidez.
¿Por qué?
No, hoy no quiero ver ese cielo,
ese cielo luminoso,
ese cielo que no cambia,
ese cielo que desgarra.
¿Por qué no está oscuro?
¿Por qué no hay nubes en él?
Ese cielo me atormenta...
¿Por qué es de día y no de noche?
¿Por qué luz y no sombra?
¿Acaso es bello lo correcto?
¿Acaso ignorado lo incorrecto?
¿Por qué no cambiar vida por muerte?
No tengo valores para ofrecerte,
sólo caos y muerte.
No quiero existir,
no quiero pensar,
no quiero vivir más.
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El último poema es mi consentido.
Lo he publicado en cada oportunidad que se me presenta, así que muchos probablemente ya lo hayan leído, pero no me importa demasiado, porque es mi favorito.
Lo hice pensando mucho (en lugar de estudiar para un examen de español) y cuando lo terminé me sentí tan satisfecha de mi misma que creo haber tirado a la basura todos los poemas que escribí como hasta dos meses, tal vez más, después de haber escrito este.
Ya ni siquiera sé que tan bueno o malo es, sólo sé que me siento feliz cada que lo leo, y que le he tomado tanto cariño que aún lo sigo sacando a la luz.
Sentimiento (?¿)
La noche me trae tristeza,
dulce melancolía existencial.
¡Oh! hermosa noche llena de belleza,
si pudiera ver en ti algo especial.
La duda me lleva a caminos desconocidos,
desde hace mucho tiempo perdidos,
donde no se ha visto el albor,
que a mi alma llevó el amor.
La fresca mañana primaveral,
deja pasar al cálido viento de abril,
que lleva un olor a rosas algo especial,
porque junto a él lleva tu recuerdo vil.
Senderos perdidos,
que al atardecer dejan atrás,
viajeros decididos,
a explorar de lo que les concierne más.
Y llega de nuevo la noche,
la noche que me llena de angustias,
de angustias y tristezas,
de caminos perdidos y amor,
de rosas y recuerdos,
de ataúdes y viajes sin regreso...
3 pensamientos:
Leerte es recordar cuando el corazón estaba en carne viva y la piel era terciopelo glorioso y dulce... Ahora somos duros y altos árboles bañados de mucha luz y mucha lluvia, pero dentro de nosotros late el mismo sentimiento que hay en tus palabras.
Al señor anónimo, mil gracias por esas palabras...
No puedo asegurar quien eres, así que no me atrevo a decirte alguna palabra que iría dirigida a algún personaje en específico.
Aún así, genéricamente, pero con toda la verdad, mil gracias por tomarse el tiempo de leer los poemas del comienzo de algo y por apreciarlos hasta el punto de dirigirme esas palabras.
Una feliz noche y una sonrisa sincera.
Tenés razón al afirmar que ese es tu mejor poema, al menos es el que a mí más me gusta. Por la última estrofa, ahí gana por knock-out...
¡Alegría!
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