Incluso las lágrimas se hartan,
ellas también dejan la vida a la deriva...
Pero las entiendo,
ellas no nacieron para enfriar el infierno.
Así que lo juro,
y voy a cumplirlo, tenlo por seguro.
Voy a gritar ¡no más!,
me niego a llorar.
¿Confiar? No, pero si ya fue suficiente.
¿Entregar? No, si ya no me queda nada que dar.
¿Rendirse? No, jamás algo tan sencillo.
¿Olvidar? No... Son demasiadas cosas para borrar.
Pero... ¿Pasar? Tal vez esa sea la opción, y pasar por encima.
Dejé de hacer bulla,
no voy a regresar a menos que me arrastres de vuelta.
Es ya muy tarde para dar marcha atrás.
Y yo... Yo ya no voy a detenerme más.
Ya no me queda tiempo para esperar.
Ya no me queda fuerza para desear,
ni corazón para callar.
¡Ven! Soledad, ¡ven!
Repárame de una vez,
para poder responder
y volver a creer.
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