Sola, luego de una noche que fué linda, pero que no pudo ser hermosa por la falta de lo principal.
---------------------------------
Detenida en el tiempo, fuera de los márgenes del Tapiz, más libre aún de hilos que Rakoth Maugrim, pero más atada por el mismo destino que se le impuso hasta el primero de los mundos.
Condenada a vivirlo, una y otra vez, y a verlo cada que la guerra estallaba.
A verlo en su total belleza, a perderse en las estrellas de verano que se alzan en sus ojos, a dejarse ir en aquellos firmes brazos que manejan con presteza la esapada... A verlo en su último momento, en el más agonizante, en el que las estrellas se apagan en sus ojos, justo antes del final de todo.
Condenada a ver como el otro se levanta siempre y completa la maldición.
A ver como sus galantes pupilas la observan con tristeza, a ver como el terrible peso de la condena cae también sobre él, a ver como su brazo se mece en perfecta armonía con su espada, como si fuesen uno... A verlo desfallecer tratando de salvar al que no puede ser salvado y a la que no puede ser perdonada.
Arturo está detenido en el tiempo.
Está en medio de los mundos.
Arturo está atado al viento.
Condenado a no estar jamás juntos.
Al Guerrero lo ha retenido en el limbo de todos los mundos el nombre por el que lo llama su más temible pesadilla, su más temible pecado.
En cada uno combate, en cada uno muere, en cada uno sufre la cruz de su error.
El héroe de leyenda sólo desea descanso y perdón.
Pero las maldiciones no tienen piedad. Y los sueños siempre le atinan a lo que sucederá. Las condenas se hacen para cumplirse e incluso la más benévola intención jamás podrá levantar sus cadenas.
Arturo espera la última guerra.
No quiere pisar de nuevo la tierra.
Arturo anhela el último hilo
que lleve a cuestas su terrible filo.
Ella ruega, a las estrellas de verano en sus ojos, que encuentre el descanso que tanto merece.
¿No han sufrido ya muchas veces, de la misma manera, en todos los mundos?
---------------------------------
Detenida en el tiempo, fuera de los márgenes del Tapiz, más libre aún de hilos que Rakoth Maugrim, pero más atada por el mismo destino que se le impuso hasta el primero de los mundos.
Condenada a vivirlo, una y otra vez, y a verlo cada que la guerra estallaba.
A verlo en su total belleza, a perderse en las estrellas de verano que se alzan en sus ojos, a dejarse ir en aquellos firmes brazos que manejan con presteza la esapada... A verlo en su último momento, en el más agonizante, en el que las estrellas se apagan en sus ojos, justo antes del final de todo.
Condenada a ver como el otro se levanta siempre y completa la maldición.
A ver como sus galantes pupilas la observan con tristeza, a ver como el terrible peso de la condena cae también sobre él, a ver como su brazo se mece en perfecta armonía con su espada, como si fuesen uno... A verlo desfallecer tratando de salvar al que no puede ser salvado y a la que no puede ser perdonada.
Arturo está detenido en el tiempo.
Está en medio de los mundos.
Arturo está atado al viento.
Condenado a no estar jamás juntos.
Al Guerrero lo ha retenido en el limbo de todos los mundos el nombre por el que lo llama su más temible pesadilla, su más temible pecado.
En cada uno combate, en cada uno muere, en cada uno sufre la cruz de su error.
El héroe de leyenda sólo desea descanso y perdón.
Pero las maldiciones no tienen piedad. Y los sueños siempre le atinan a lo que sucederá. Las condenas se hacen para cumplirse e incluso la más benévola intención jamás podrá levantar sus cadenas.
Arturo espera la última guerra.
No quiere pisar de nuevo la tierra.
Arturo anhela el último hilo
que lleve a cuestas su terrible filo.
Ella ruega, a las estrellas de verano en sus ojos, que encuentre el descanso que tanto merece.
¿No han sufrido ya muchas veces, de la misma manera, en todos los mundos?
8 pensamientos:
Arturo podrá luchar, en otros mil mundos, otras mil batallas, y otras mil muertes.
No desfallezcas. Confío en que puedes hacerlo.
Arturo sólo ha de esperar que llegue la última batalla en el primero de los mundos... Y fué aquí en la tierra donde comenzó su maldición.
Aún así, Arturo se levanta cada que lo llama un soñador y pelea, porque así debe ser.
jajajajaja...arturo, dile a arturo que le vendo una tabla de segunda, si sabes a lo que me refiero.
Sé a lo que te refieres, pero estás completamente equivocado...
Porque escribo sobre Arturo por estar leyendo sobre el Tapiz de Fionavar y no por algo más.
Escribo sobre Arturo porque en los ojos de Jeniffer, Guinevere, se reflejan las estrellas de verano que el Guerrero se llevó a su tumba.
Arturo pudo haber sido él entonces... Pero Arturo toma mil nombre en todos los mundos, algunos que sólo conocen los soñadores. Así que no soy quien para quitarle o darle alguno.
Buena redaccion, siempre a sido asi y siempre lo sera, el problema con Arturo es que no es un superheroe y ni la fuerza de su amor destruido podria con esto. Pero quien es el tal Arturo? Por lo menos yo se quien es.
Arturo... Arturo no es un superhéroe, pero es un guerrero...
Arturo... Arturo puede con esto...
Porque Arturo es un personaje de leyenda, ahora, nadie más.
Arturo es un pelmazo...
Publicar un comentario