Aún alumbra el sol y los árboles susurran "soledad".
Los segundos caen y se chocan contra el pavimento.
Mi piel está cansada y soñolienta, dolorida de la espera eterna.
La ciudad grita con fuerza y engulle las canciones de los niños.
El tictac de los ojos perdidos se hace cada vez más lento.
Las nubes se tiñen de carmín mientras las flores duermen
y los soñadores se desvelan acongojados.
El aire aprisiona el pecho y la garganta calla mientras el sol se oculta.
La niebla siembra melancolía en los ojos que apenas se levantan
y los pies se hacen pesados cuando el camino los lleva de nuevo a casa.
...
Pero, aún, los niños cantan.
2 pensamientos:
Me gusta mucho.
Gracias ^^
Publicar un comentario