La palabra, efímera.
El recuerdo, perpetuo.
El dolor, constante.
La esperanza, distante.
Te marchas mientras ella llora,
y te pide que como Ilona,
durante mil y un veces
con la lluvia regreses.
Pero esta noche no llueve,
sólo de mis ojos huyen pequeñas gotas,
que como ácido surcan mi rostro
evidenciando el rastro de un corazón medio roto.
3 pensamientos:
Buen escrito, me gusta como escribes.
Att:901
Gracias por leerme siempre.
Me alegra que luego de todo este tiempo sigas pasando a visitar mis palabras, que es como visitarme a mí a fin de cuentas.
Te quiero!
Tambien te quiero.
Aunque no comparto esa parte de "es como visitarme" jeje, cuando te vas a dejar ver?.
Un abrazo.
Att: 901
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