Tan larga y tan fría es la noche cuando tu sonrisa se encuentra ausente.
¡Si pudieras ver el dolor que me causa aquel triste silencio en el que nos sumimos la última vez!
A mi cuerpo aún le duelen las sacudidas y los empujones y a mi alma aún le duele todo, todo.
Tal vez no nos supimos soñar bien en el momento, tal vez nos olvidamos de que aquello requiere más que impulso y tiempo, y soledad.
Estoy cubierta de moretones y tú estás tan lejos.
Estoy cubierta de sueños rotos y tú estás tan ausente.
-
Mis sonrisas son tan tenues y tus ojos están tan cerrados.
Mis labios están tan olvidados y los tuyos están ya tan marchitos.
Me duele que cuando las cosas deben llevarnos a un lugar tranquilo y a un mundo lejano sólo logremos enlodarnos más en la tristeza de este mundo tóxico e intermitente.
Tu boca está tan lejos de la mía y las miradas que hoy nos damos son frías y distantes, ya no somos uno porque hemos decidido ir a rompernos a otra parte, solos, por aparte.
Me pregunto que será del mar que nos recibió la primera vez que nos tocamos, si se habrá secado y de él sólo queda ya un rastro salado.
Me pregunto que será del sol que se ocultó cuando nos vimos y de la Luna que nos cuidó esa única noche en la que no mentimos.
Si tuviéramos la fuerza suficiente hace mucho que ya no dolería, pero no la tenemos y lo sabemos a la perfección, y ahora sólo estamos atrapados en el último verso de nuestra única canción.