¡Libertad! ¡Libertad!
Canturrean tus labios mientras cae la noche.
¡Libertad! ¡Libertad!
Los pasos del pequeño
otora aletargados
ahora se hacen firmes
entre caminos desgarrados.
A las orillas del estanque
entre estrellas naufragadas
se respira hoy el perfume
de las flores ya quebradas.
Allí donde antes fuimos
a llorar nuestro pasado,
me he quedado para siempre
con los recuerdos en mi vientre.
¡Libertad! ¡Libertad!
Canturrean tus labios al partir
¡Libertad! ¡Libertad!
Ahora, al fin, te has encontrado
¡Libertad! ¡Libertad!
Sé que por fin me has olvidado.