álzame en tus brazos y sumérgete en mi piel.
Sosténme tiernamente entre tus cabellos azabaches
y duérmete tranquilo sobre mis níveos valles.
Noche tan tranquilo y agitado,
¿qué te dicen los suspiros que se escapan de mis labios?
Acaso si aún respiro lo hago sólo por tu aliento
que acaricia mis lamentos mientras se unen con el viento.
Agonía deliciosa de la noche siempre roja,
descendiendo dulcemente de la cordura me despojas.
Se hace, pues, el delirio lo único real
que queda entre las manos del momento intemporal.
Así me pierdo lentamente entre tus lunas para siempre
alimento suficiente hasta la hora de mi muerte.
Noche tan tranquilo y agitado,
¿qué te dicen los suspiros que se escapan de mis labios?
Acaso si aún respiro lo hago sólo por tu aliento
que acaricia mis lamentos mientras se unen con el viento.
Agonía deliciosa de la noche siempre roja,
descendiendo dulcemente de la cordura me despojas.
Se hace, pues, el delirio lo único real
que queda entre las manos del momento intemporal.
Así me pierdo lentamente entre tus lunas para siempre
alimento suficiente hasta la hora de mi muerte.