Dile a la luna que te cobije
en la noche del frío asolador.
Dile al cielo que te dé un manto
que asemeje el abrazo del amor.
Cuéntale a tu cabeza
que está perdida y se desespera
que mi amor por ti no cesa
y que mi piel no aguanta la espera.
Ruega por un trago de aguadulce
al corazón solitario
sumergido en su estrafalario
sueño de cruces y calvarios.
Aún si sólo deseas alivio
más que eso voy a darte.
Pues sé que en el mar de mi cuerpo tibio
si lo deseo puedo ahogarte.