Hoy no recibí un beso... ¡Fué el día más hermoso de mi existencia!
De nuevo paseé por la calle secundaria; cada vez hay menos personas que se toman el tiempo para caminar. Todos se encierran en bares u oficinas; en el peor de los casos en sí mismos.
Olía a chocolate y café, y esta vez, sonaba un blues.
Desde el lado opuesto, en el marco de la puerta, él me sonrió y agitó su mano a manera de saludo. Atravesé la vía sin afán, poco tránsito. Me recibió con un beso en la mejilla qe olía a chocolate, su sonrisa era como de menta. Charlamos.
Se nos pasó la tarde, hablamos en silencio. De nuevo el abrazo de café y el no-beso de chocolate.
Camino a casa aún me acompañaba su sonrisa de menta. Se encendieron las farolas de la calle y las velas del firmamento. Me cubrí con mi gorro, se me helaban las orejas.
Que tontos son los seres humanos, siempre quieren más, desean algo diferente, no saben apreciar lo que ya tienen. Que tonta es la humanidad, desprecia un océano porque una piscina es más sencilla de obtener, y luego, se sienten miserables. ¡Que tontos! Se niegan a ver la hermosura que ya poseen sólo porque ansían otra cosa.
Hoy no recibí un beso... ¡Que delicioso huele el café y el chocolate!
De nuevo paseé por la calle secundaria; cada vez hay menos personas que se toman el tiempo para caminar. Todos se encierran en bares u oficinas; en el peor de los casos en sí mismos.
Olía a chocolate y café, y esta vez, sonaba un blues.
Desde el lado opuesto, en el marco de la puerta, él me sonrió y agitó su mano a manera de saludo. Atravesé la vía sin afán, poco tránsito. Me recibió con un beso en la mejilla qe olía a chocolate, su sonrisa era como de menta. Charlamos.
Se nos pasó la tarde, hablamos en silencio. De nuevo el abrazo de café y el no-beso de chocolate.
Camino a casa aún me acompañaba su sonrisa de menta. Se encendieron las farolas de la calle y las velas del firmamento. Me cubrí con mi gorro, se me helaban las orejas.
Que tontos son los seres humanos, siempre quieren más, desean algo diferente, no saben apreciar lo que ya tienen. Que tonta es la humanidad, desprecia un océano porque una piscina es más sencilla de obtener, y luego, se sienten miserables. ¡Que tontos! Se niegan a ver la hermosura que ya poseen sólo porque ansían otra cosa.
Hoy no recibí un beso... ¡Que delicioso huele el café y el chocolate!
4 pensamientos:
Si!, muchas personas se encierra en su propia armadura...solo hay que saber quitarselas...
No hablaba de encerrarse en su propia armadura... Hablaba de no saber ver las cosas pequeñas que los rodean. Hablaba de sólo verse a sí mismos y no captar la hermosura de la danza de las hojas.
jajaja...lenta, estoy bromeando XD
-.-' Ando torta, xD
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